Cuando encontré a Silvia estaba tocando literalmente fondo. Desbordada por el trabajo tras dos años de pandemia, diluida en la crianza de mis mellizos de 2 años y sin tiempo para mí ni para mi pareja. Sentía que había perdido mi identidad como mujer, había dejado de ser yo.
Desde el primer momento me sentí comprendida, ya no era un bicho raro. Silvia es cercana y cariñosa, inspiradora y una gran profesional, pero sobretodo es madre y mujer, lo cuál la pone en una posición de igual a igual y esa empatía y ese acompañamiento creo que es la base de que su método te cale hondo.
Una vez terminado el programa sólo puedo estar agradecida a Silvia por haberme dado las herramientas para reparar mis alas y por acompañarme en el despegue de mi nuevo vuelo.